El Rey Carlos IV y Francisco de Goya, en el Belén Napolitano del Palacio Real de Madrid
Desde el jueves, 6 diciembre de 2018, a partir de las 10 horas, y hasta el lunes, 7 de enero de 2019, se puede visitar en el Salón de Alabarderos del Palacio Real de Madrid el tradicional Belén del Príncipe, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, por lo que se le considera el patrón de la iconografía belenística en España.
Siguiendo la tradición de los presepi o representación plástica del Nacimiento de Jesús, cada año se incorporan “novedades” al montaje clásico de figuras con escenas y paisajes en torno a las cuales gira su composición. En esta Navidad, el Rey Carlos IV y su pintor de cámara, Francisco de Goya y Lucientes, constituyen la temática predominante, junto a escenas costumbristas de paisajes dieciochescos que el artista aragonés plasmó en su producción de cartones para tapices. En este marco, los personajes reproducen escenas goyescas: El Quitasol (1777), los bailes a orillas del Manzanares, las meriendas en días de fiesta, los juegos, diversiones y entretenimientos (la gallina ciega, el pelele o el vuelo de cometas).
La pieza principal del Belén, el Misterio, reproduce el zaguán principal del Palacio Real de Madrid. Además, destaca un caserío napolitano donde se disponen diversas escenas de la vida cotidiana y diferentes actividades, el mercado callejero y la taberna. La figura del Rey Carlos IV se descubre entre la gente, vestido con uniforme de coronel de las Reales Guardias de Corps, tal y como lo retrató Goya en 1799. Otras piezas curiosas son las réplicas de los bancos de los jardines de La Granja de San Ildefonso, la miniatura de la silla de manos que perteneció a la Reina Bárbara de Braganza o el templete circular del estanque de los Chinescos del Jardín del Príncipe del Real Sitio de Aranjuez.
Referencia histórica: Los orígenes del Belén
Felipe V, en su viaje a Italia en 1702, recibió como regalo un Belén napolitano. Será su hijo Carlos III, Rey de Nápoles desde 1735, quien traiga un Belén en 1760 para colocarlo en el Palacio del Buen Retiro en sus primeras navidades como Rey de España.
Antes de esa época, la belenística estaba limitada a los monasterios de clausura y a reducidos conjuntos de imágenes que eran propiedad de algunas de las familias nobles de Madrid. Sin embargo, los nacimientos de origen napolitano, que se caracterizan por contar con gran cantidad de figuras, no tardaron en ser adoptados en todos los lugares como elemento imprescindible para celebrar la Navidad.
Esta afición la heredaron los hijos de Carlos III, el Infante don Gabriel y especialmente el Príncipe don Carlos, futuro Rey Carlos IV, quien encargó que se adquirieran las mejores figuras de belén que existieran en los mercados napolitano o genovés, que más tarde formarían el llamado Belén del Príncipe.
Las figuras del Belén son piezas con movimiento en sus articulaciones para poder adecuar cada una de ellas a la escena que interesa representar. Las napolitanas están realizadas a la manera tradicional: cuerpo de alambre y estopa, cabeza de barro y extremidades en madera, vestidas con ricas telas, mientras que las genovesas son articuladas, con sistema de rótulas, pero todas talladas en madera y vestidas con tejidos suntuosos.
El Belén del Príncipe se fue incrementando con el paso de los años con figuras realizadas por artistas españoles, principalmente José Esteve y José Ginés. Se ha llegado a decir que el Belén del Príncipe tenía la gran cifra de 5.950, si contamos todos los elementos, como animales y finimenti que adornaban cada una de las figuras, o escenas como la posada, la taberna, el mercado, etc. El paso del tiempo, el cambio de gusto e incluso la ausencia de interés por este tipo de manifestaciones culturales y religiosas, son algunas de las causas por las que el Belén del Príncipe perdió parte de sus piezas.
Las condiciones de acceso al conjunto belenístico han variado a través de los tiempos. Por ejemplo, a mediados del siglo XIX, era necesario presentar un boleto expedido en Palacio para entrar en el recinto y visitar el Belén.
La escenografía o montaje se cuidaba con sumo detalle; los pintores de cámara y los arquitectos de Palacio eran requeridos para diseñar el gran espectáculo navideño. En 1845, un pintor del prestigio de Vicente López fue el encargado de la disposición escenográfica del Belén, contando para ello con la colaboración de todos los oficiales de Palacio.
En esta ocasión, además, se ha contado con la colaboración interdisciplinar de los técnicos del Patrimonio Nacional.
Belén del Príncipe
Palacio Real de Madrid. Salón de Alabarderos
Del jueves, 6 diciembre de 2018, hasta el lunes, 7 de enero de 2019, salvo cierre por celebración de actos oficiales
De 10 a 18 horas (último acceso a las 17 horas)
Entrada gratuita
INFORMACIÓN BELENES MONASTERIOS REALES