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    Diego Hurtado de Mendoza fue un poeta y diplomático español. Nació en Granada a principios del siglo XVI y tuvo una infancia privilegiada. Su padre, primer marqués de Mondéjar , dio especial importancia a la educación de sus hijos. Hurtado de Mendoza estudió en Granada y Salamanca y dominaba el latín, griego, hebreo, árabe y varios idiomas europeos.

    Como diplomático, fue embajador en Roma, Venecia, en la corte del rey Enrique VIII de Inglaterra y en el Concilio de Trento. Los siete años de su embajada veneciana coinciden con el período de crecimiento más rápido de su biblioteca. En 1568, tras una trifulca en palacio, Felipe II decidió desterrarle. Cinco años más tarde, para lograr el perdón del monarca, Hurtado de Mendoza le regaló su colección al rey.

    Hurtado de Mendoza fue amigo de Santa Teresa de Jesús y, en su faceta de poeta, introdujo características de la lírica italiana en la poesía. Hay numerosas teorías que apuntan a que la conocida obra precursora de la novela picaresca, Lazarillo de Tormes, es en realidad obra suya.