Carlos I, V Centenario de su llegada a España, 1517-2017

Medalla augurando un feliz reinado a Carlos I

Anónimo h. 1517-1518 Bronce Patrimonio Nacional. Palacio Real de Madrid

En el anverso: Busto de perfil a la derecha de Carlos I joven, tocado con gorra, melena corta, lacia y recortada en línea recta. Viste camisa y jubón, y sobre éstos, ropa engalanada con piel. Completa la indumentaria el collar y el Toisón de oro. Se encuentra rodeado por leyenda interna y gráfila de puntos.

En el reverso: Sobre el exergo, figura antropomorfa alada desnuda, de perfil derecho, con las alas desplegadas y la rodilla derecha puesta en tierra y la izquierda flexionada (posición de genuflexión). Con su mano derecha escribe sobre un escudo oval que se encuentra apoyado sobre un árbol. Detrás de la figura, una copa. Por encima de su cabeza, un águila volando con una láurea en el pico. Alrededor, leyenda interna y gráfila interrumpida.

Su calidad artística es innegable. Por otra parte, es uno de los pocos ejemplos de retrato de Carlos I en su juventud. Esta medalla conmemora la proclamación de Carlos I de España en Bruselas, donde, junto con su madre, la Reina Juana, se les aclamó como Reyes Católicos, por lo que sería realizada entre esa fecha, 14 de marzo de 1516 y su partida hacia la Península, en septiembre de 1517.

Libro de horas del viaje de Carlos V para ser coronado Emperador

Liber trium officiorum ex Salomone secundum usum Caroli V Imperatoris Gante, 1520 Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial Sig. 139-IV-96

La llegada a España de Carlos I como rey Castilla planteaba, en primer lugar, el dilema de cómo debía ser planteado el viaje desde Flandes y cuál era la ruta que debía de seguir en su primer viaje por tierras españolas. La vía terrestre estaba descartada porque forzosamente debía realizarse por Francia, lo cual obligaba a una travesía marítima. En este momento los viajes por mar estaban considerado como altamente peligrosos y de muy incierto desarrollo. Sus padres ya habían sufrido las fatigas de esta misma travesía, el propio Carlos puedo comprobarlo en el viaje de llegada a España, lleno de sobresaltos y todo tipo de peripecias a pesar del completo protocolo de navegación que se redactó antes de su partida para garantizar en lo posible la seguridad de la singladura. La formidable flota de cuarenta embarcaciones que le acompañaban fue testigo del incendio y hundimiento en plena mar del navío en el que viajaba su caballeriza, con grandes pérdidas materiales y humanas. Como ejemplo de esta incertidumbre y al peligro que corrió se ha seleccionado esta miniatura de su libro de horas, en el que el futuro emperador invoca la protección de la Virgen Maria y de la Santísima Trinidad ante los peligros de la mar.

Emperador Carlos V

Anónimo flamenco Siglo XVII Copia de Christoph Amberger Óleo sobre tabla Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Palacio Real de Madrid Nº inv. 10199682

Copia antigua con ligeras variantes del famoso retrato de Christoph Amberger de la Gemäldegalerie del Staatliche Museen de Berlín, que presenta una imagen renovada de Carlos V, más acorde con su condición imperial, con un atuendo moderno y elegante y con la imprescindible insignia del Toisón de Oro que cuelga del collar de la orden. De acuerdo a esa nueva iconografía imperial, el emperador lleva el pelo corto más clasicista y la barba larga, no sólo para disimular el prognatismo, sino también para asemejarse a los emperadores romanos y a su admirado Marco Aurelio. El retrato original de Amberger, junto a otros contemporáneos de Cornelis Vermeyen, Joos van Cleve o Jakob Seisseneger, está realizado justo tras su primer viaje a Italia para su coronación imperial en Bolonia en 1530, y en ellos, Carlos V elige su faceta más conciliadora, frente a la imagen más guerrera propuesta por Tiziano en 1530, porque aún se pensaba en una paz con los protestantes.

Hércules encadena al Cancerbero

Jan Gheteels (activo 1530-1554) Guillaume Dermoyen (activo 1530-1550) Según cartón de Bernard van Orley (1491-1541/42) h. 1550 Tapiz, seda y lana Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Palacio Real de Madrid Nº inv. 10026351

La serie procede de la colección de la gobernadora de los Países Bajos, doña María de Hungría, tía de Felipe II, que de ella la recibió por herencia. De acuerdo con las sucesivas testamentarías e inventarios reales, se conservó completa hasta 1751, año en que se desecharon por inservibles cuatro paños. No sabemos cuándo desaparecieron los dos restantes.

Se tejió en Bruselas, con lana y seda, en el segundo cuarto del siglo XVI, probablemente en la manufactura de Jan Gheteels, con quien se ha querido identificar el monograma, que aparece en los paños III, IV y VI. El ciclo completo de los trabajos de Hércules no se conserva en ninguna colección, a pesar de haberse tejido repetidas veces, hasta mediados del siglo XVII.

Se encuentran paños de diferentes calidades y cartones en varios lugares. De los tapices que hoy conocemos, la serie más antigua es la de la colección de Patrimonio Nacional, que ha de fecharse en el segundo cuarto del siglo XVI.

En este paño vemos cómo Hércules, después de liberar a Alcestes y Estefalo, se dispone a sujetar con una soga al guardián del Hades, para llevárselo a Euristeo. Tras él, Yolao, en pie, con lanza y escudo, los contempla.

Ceremonial de la coronación de Carlos V como Rey de Lombardía

Codex Borgianus Latinus 420 – Biblioteca Vaticana Ed. Facsímil, 1989 Patrimonio Nacional. Real Biblioteca de Palacio Sig. XX CENT EST 3-1

El acto de la coronación imperial por el papa Clemente VII es evocado en la exposición mediante una imagen que recoge el momento en el que el pontífice coronó a Carlos V como rey de Lombardía. Se encuentra en el Codex Borgianus Latinus de la Biblioteca Apostólica Vaticana, en esta ocasión representado por su edición facsímil. Esta ceremonia tuvo lugar el veintidós de febrero de 1530, apenas dos días antes de la coronación imperial propiamente dicha. A pesar de ser un hecho poco conocido, tuvo sin embargo una gran trascendencia ya que era un requisito previo a la coronación imperial. En 1525 Carlos V había obtenido la gran victoria de Pavía sobre Francia, lo que le permitió el control del milanesado y la unificación de una gran parte de Italia. A pesar del aciago saqueo de Roma en 1527, Carlos aseguró también la continuidad de la sede pontificia. Estas y otras circunstancias permitieron que pudiera ser considerado como un defensor de la fe y ceñir la corona lombarda, hechos determinantes para su coronación como emperador.

Hoja del estoque pontífico regalado por Clemente VII con motivo de la coronación imperial

Anónimo italiano 1529 Acero y oro. Pavonado, dorado, ataujía Inscripción: CLEMENS VII PONT MAX ANNO Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Real Armería Nº inv.10000146, cat. G-7

El veinticuatro de febrero de 1530 Carlos V fue coronado emperador por el papa Clemente VII en Bolonia coincidiendo con su trigésimo aniversario. Probablemente este fue el hecho más importante de su vida, al menos desde un punto de vista político, aunque estuviera muy estrechamente ligado a sus creencias y mentalidad. Directamente relacionado con este hecho se encuentra el estoque regalado por el propio Clemente VII a Carlos V dos meses antes de coronarle como emperador. No se trataba de un regalo diplomático más, sino de una de las prestigiosas espadas conocidas como estoques pontificios o espadas benditas. Estas armas, destinadas únicamente por su carácter simbólico al aparato cortesano, eran bendecidas en Nochebuena y se regalaban una vez al año al príncipe que a juicio del pontífice había destacado por la su defensa de la religión católica. En la hoja se hacía constar el nombre del pontífice que la enviaba y el año del pontificado en que era regalada. La hoja expuesta es el único elemento conservado de aquel regalo, ya que su rica guarnición se perdió en época indeterminada. El regalo incluía también un capelo con la paloma del Espíritu Santo bordada con perlas.

Escofia de la armadura de volutas flordelisadas

Kolman Helmschmid h. 1530 Acero y oro. Cincelado, grabado al agua fuerte, dorado Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Real Armería Nº inv. 10037606, cat. A-75

Carlos V fue un gran experto en todo lo relacionado con las armas y armaduras, en consonancia con una mentalidad caballeresca propia del tránsito entre la Edad Media y el Renacimiento. Su armería fue sin duda uno de sus bienes más preciados, no solo por su gran valor material, sino también porque las armas de su colección reflejaban sus gustos personales y estaban vinculadas a los hechos más relevantes de su vida. Consciente de estos aspectos, su hijo Felipe II decidió conservarla íntegra y vincularla a la corona española. Las armaduras del emperador destacan por su perfección técnica y excelencia artística, desplegando sobre su superficie unos repertorios decorativos que suelen tener una clara intencionalidad política.

Esta escofia o sobrecalva, pieza de refuerzo que se fijaba en la parte superior de una celada para proteger el cráneo, está decorada con un águila imperial bicéfala. Recortada sobre una lámina de base, su superficie está gradaba al agua fuerte, dorada y pavonada para dar forma a sus dos cabezas y a sus alas explayadas. Ambas se acompañan por la corona imperial, las columnas de Hércules, el mote "PLVS OULTRE" creado por el humanista Luigi Marliani y los eslabones y pedernales del Toisón de Oro, todas ellas referencias directas al poder imperial y a la casa de Borgoña.

Escofia de la armadura del KD

Kolman Helmschmid h. 1525 Acero. Grabado al agua fuerte, pavonado Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Real Armería Nº inv. 10017174, cat. A-20

Esta escofia pertenece a una de las más famosas y emblemáticas armaduras de la Real Armería. Forma parte de una guarnición conocida como del KD por las iniciales que ostenta visiblemente sobre el hombro izquierdo, siguiendo una antigua tradición por la cual las armaduras recibían nombres propios en función de su decoración o de los hechos a los que estuvieron vinculadas. La utilización de iniciales estaba dirigida no sólo a la identificación de su propietario, sino también a su ensalzamiento estableciendo un vínculo directo con la titulación imperial romana de la Antigüedad. El ejemplo más sobresaliente es esta armadura, ya que por medio de las inciales KD, Karolus Divus, Carlos V vinculaba a su nombre al título Divus, Divino, propio de los emperadores romanos. Kolman la forjó hacia 1525 en un momento muy especial en la vida del emperador. En 1520 había sido coronado emperador el Aquisgrán, en 1525 venció a Francisco I de Francia en Pavía y en 1526 contrajo matrimonio en Sevilla con Isabel de Portugal. En la entrada de Carlos V en Sevilla con motivo de su boda, contemporánea a esta armadura, el arco triunfal dedicado a la Gloria estaba coronado por la Fama y contenía la expresión Divus Carolvs junto con otras referencias a la Fortuna y al Imperio. En los años sucesivos esta referencia al título imperial figuró en diversos arcos triunfales levantados por toda Europa.

La sobrecalva está decorada con dos eslabones del Toisón de Oro. La orden del Toisón de Oro, fue fundada en 1430 por Felipe el Bueno (1419-1467), Duque de Borgoña y tatarabuelo del emperador, para gloria de Dios, defensa de la religión cristiana y fraternidad en la caballería. La orden se situaba bajo la advocación de la Virgen María y de San Andrés apóstol, patrón de la Casa de Borgoña. Carlos V fue el quinto soberano de la orden, vinculada desde entonces y hasta el presente a la Corona de España. La pertenencia a esta exclusiva orden suponía el establecimiento de unos especiales lazos políticos y personales de lealtad con su soberano, diferenciando claramente a los nobles que la obtenían del resto de la aristocracia europea.

Celada de la armadura de Mühlberg

Desiderius Helmschmid 1544 Acero y oro. Grabado al agua fuerte, dorado, repujado Colecciones reales. Patrimonio Nacional. Real Armería Nº inv. 1003773, cat. A-165.

Esta celada pertenece a la extensa guarnición para la guerra fechada en 1544, probablemente la última que Desiderius Helmschmid forjó para el emperador. Se caracteriza por estar decorada con anchas bandas grabadas al agua fuerte y doradas flanqueadas por festones ojivales grabados y repujados. Algunas piezas de la guarnición fueron concebidas teniendo en cuenta el deterioro físico de Carlos V, sobre todo por la gota que sufría y el esfuerzo que suponía una campaña militar. El nombre de la guarnición se debe al hecho de que algunos de sus elementos fueron utilizados en la batalla de Mühlberg, importante victoria sobre los príncipes protestantes alemanes de la Liga de Smalkalda en las inmediaciones del río Elba en 1547. Tiziano inmortalizó al emperador en su retrato ecuestre vistiendo las piezas utilizadas en la batalla. La fecha de la armadura indica sin embargo que debió ser encargada para la cuarta guerra contra Francia, pero que no fue sustituida por ningún otro encargo posterior porque debía sentirse cómodo con ella.

Carlos V debió considerarla como su armadura favorita por su comodidad y por su relación con estas campañas, ya que los característicos festones de su decoración se repiten con mayor o menor fortuna en diversas imágenes del emperador.

Medalla conmemorativa de la Victoria de Mühlberg

Leone Leoni 1547-1549 Bronce Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Palacio Real de Madrid Nº inv. 10233303

En 1549 se realiza esta medalla tras la victoria en la Mühlberg (1547), junto con otras obras para conmemorar este triunfo, hay que recordar el retrato de Carlos V en dicha batalla de Tiziano o el bronce de Leone Leoni, Carlos V y el Furor. Este mismo autor es el encargado de realizar estas medallas, pues se conservan varias, con distintas medidas.

Realizada en plata, presenta al emperador de perfil, a la derecha con todos los símbolos de mando, armadura con peto de parada a la romana, banda y Toisón de Oro y coronado con los laureles de la victoria al estilo romano. Esta iconografía renacentista entronca el Sacro Imperio con el Antiguo Imperio Romano. Además la inscripción repite la formula usada en las monedas imperiales de la antigua Roma: “IMP CAES CAROLVS V AVG”.

Carlos V se identifica con Júpiter como demuestra en el reverso, donde el padre de los dioses, sentado sobre el águila, en clara alusión a la Casa de Austria, fulmina con su rayo a los Titanes, impidiéndoles escalar al Olimpo, trasunto de la lucha mantenida en Alemania. Se encuentra acompañado de otros dioses y la leyenda que rodea la escena es tomada de la Eneida “Aprended avisados, Justicia…” (y a no desdeñar a los dioses”) (Libro VI, 620) en clara referencia a los príncipes protestantes (liga de Smalkalda) que se habían rebelado contra el legítimo rey: “DISCITE JUSTITIAM MONITI”,

Estéticamente es de una gran belleza, constituyendo el anverso un verdadero retrato de aparato, con el Emperador victorioso y el reverso, utilizado anteriormente en un ducatón de plata grabado en Milán, presenta una composición donde el movimiento circular recuerda a las representaciones renacentistas del Juicio Final. El artista distingue con sus atributos a los distintos dioses del Olimpo (se distingue Diana, Venus, Marte o Juno entre otros) y presenta en escorzos y posiciones extremas, a los diferentes protagonistas de esta escena, haciendo gala de la alta calidad técnica alcanzada por Leoni.

Las medallas eran un medio excelente para la difusión de la imagen de la Casa de Austria, y en ocasiones, funcionaban como retratos en miniatura.

Caída en el camino del Calvario

Pieter Pannemaker (activo 1517-1535) Según cartón de Bernard van Orley (1491-1541/42) h. 1520-1528 Tapiz, oro, plata, seda y lana Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Palacio Real de La Granja de San Ildefonso Nº inv. 10005689

Jesús cargado con la cruz, en primer término, se desploma bajo el peso de la misma ante los gestos de compasión y dolor de las santas mujeres, entre las que desfallece María, su madre, sostenida por el apóstol Juan. El sereno y luminoso rostro de Cristo, regado por la sangre que hace brotar la corona de espinas, contrasta con la gesticulación acentuada y caricaturesca de los sayones, que burlándose le hostigan brutalmente para que se incorpore. Un largo cortejo de soldados, trompeteros y caballeros salen, en segundo término, por una de las puertas de Jesusalén. Al fondo, minuciosa vista de la ciudad, donde Cristo Ecce Homo es presentado a la multitud desde el atrio del Pretorio. Escena coronada por el Gólgota donde en escala diminuta se levantan las cruces de los reos.

El dramatismo de la expresión religiosa confiere a este paño un relieve y una potencia visual excepcional. La composición y la armonía cromática de la escena son acentuadas por la belleza y la brillantez de la cenefa estructurada en segmentos por jarrones de ancha boca de los que surgen guirnaldas de flores y frutos sobre fondo oscuro. Sus orillos de seda roja, recorridos por un filo central de hilo dorado, ofrecen por primera vez la marca de Bruselas Brabante –un escudo flanqueado por dos B–, prueba indudable de la procedencia de las obras, aplicada con anterioridad a la normativa impuesta a los tapiceros, según estipuló la ordenanza promulgada el 15 de mayo de 1528 en los Países Bajos, ratificada en 1544 por edicto imperial de Carlos V.

Dios envía al ángel Gabriel a la Virgen María

Pieter van Aelst (activo 1495-1531) Según cartón atribuido al Maestro de los Paños de Oro h. 1502 Tapiz, oro, plata, seda y lana Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial Nº inv. 10034476

El autor de los cartones de esta serie conocida como Triunfo de la Madre de Dios o Paños de Oro, permanece anónimo. Los historiadores han sugerido la atribución a Quentin Metsys. Aunque los paños ofrecen algunas notas comunes con este maestro, son, no obstante, grandes las diferencias que de él les separan, por lo que aceptamos el nombre y autoría propuestos por Destrée para designar al pintor como "Maestro de los Paños de oro".

Los tapices fueron comprados al tejedor bruselense, Pierre van Aelst, el 10 de agosto de 1502, por la Reina Juana I, mujer del archiduque Felipe el Hermoso, e hija de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Carlos V los llevó a su retiro en Yuste (1557-1558) y, después, su hijo Felipe II los trasladó al Escorial, donde fueron utilizados en las ceremonias religiosas de la Corte.

En la escena central aparece la Trinidad, representada por tres reyes coronados y con cetro, de diferentes edades. Dios Padre, entrega al arcángel el mensaje. A su derecha, lugar de honor, la personificación de la Misericordia, a la izquierda, la Justicia. La parte inferior de la escena se completa con la figura central de María, de pie, leyendo un libro abierto, encuadrada por personajes femeninos y masculinos. Los dos compartimentos de los ángulos superiores se reservan para escenas del Antiguo Testamento.

Coronación de la Virgen

Pieter van Aelst (activo 1495-1531) Según cartón atribuido al Maestro de los Paños de Oro h. 1502 Tapiz, oro, plata, seda y lana Colecciones Reales. Patrimonio Nacional. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial Nº inv. 10014829

El autor de los cartones de esta serie conocida como Triunfo de la Madre de Dios o Paños de Oro, permanece anónimo. Los historiadores han sugerido la atribución a Quentin Metsys. Aunque los paños ofrecen algunas notas comunes con este maestro, son, no obstante, grandes las diferencias que de él les separan, por lo que aceptamos el nombre y autoría propuestos por Destrée para designar al pintor como "Maestro de los Paños de oro".

Los tapices fueron comprados al tejedor bruselense, Pierre van Aelst, el 10 de agosto de 1502, por la Reina Juana I, mujer del archiduque Felipe el Hermoso, e hija de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Carlos V los llevó a su retiro en Yuste (1557-1558) y, después, su hijo Felipe II los trasladó al Escorial, donde fueron utilizados en las ceremonias religiosas de la Corte. Paño relacionado con esta serie es "El Triunfo de Cristo", de la tapicería llamada "Mazarino", conservada en la National Gallery de Washington.

En este cuarto y último paños, las personas de la Trinidad, tal como aparecen representadas en el primer paño, coronan a María, al tiempo que un coro de ángeles entona cánticos. El cortejo de la Virgen lo forman, en primer término, las Virtudes con sus atributos. En la vaina de la espada de la Justicia se ven las letras b.C.O., cuyo sentido se desconoce. En los ángulos superiores, dos escenas del Antiguo Testamento: David y Abigail (Samuel XXV, 40-42) y Desposorios de Salomón (Reyes II,9). En la parte inferior, Coronación de una joven y Entrega de un retrato a una dama, tal vez, alusiones a hechos de la vida de Doña Juana, hija de los Reyes Católicos: su coronación como reina de Castilla y la presentación en efigie de su futuro esposo: Felipe el Hermoso.