Una de las características de las bibliotecas reales es el empleo de técnicas decorativas muy lujosas y diferenciadas. Con el propósito de crear una uniformidad visual en la colección, la encuadernación de cámara –de los talleres reales o de encuadernadores concretos que trabajaban para el rey– se aplicó por igual a impresos valiosos y corrientes y a manuscritos contemporáneos o históricos.
Determinados géneros bibliográficos que se pueden ver en esta sala son un elemento idóneo para alentar estas colecciones homólogas que no renuncian a la diferencia e incitan al coleccionismo.