En la Polonia medieval, las principales manifestaciones artísticas tienen su origen en el mecenazgo de la Corona, la Iglesia y la nobleza. En la capital, Cracovia, florecieron la pintura, la escultura y las artes decorativas.
Hasta finales del siglo XIV tiene especial desarrollo la imaginería religiosa, que se ajusta al llamado estilo internacional y a su canon de belleza característico. Destaca entonces la aparición, en la zona de influencia de la Orden de los Caballeros Teutónicos, de un tipo escultórico muy singular, la Virgen abridera portátil o la Virgen de Klonówka. A principios del siglo XVI se inicia en Polonia el Renacimiento, que convivirá con las formas góticas tradicionales. Un aspecto de gran interés en esta época es la numismática, rica fuente de información sobre la historia temprana del país. Las monedas que se exponen proceden en su mayoría de la famosa colección Emeryk Hutten-Czapski (1828-1896) -eminente numismático y bibliófilo polaco- siguiendo su voluntad, en 1903 la colección pasó a formar parte de los fondos del Museo Nacional de Cracovia.