Considerado como una de las creaciones más genuinas y representativas del mobiliario francés del siglo XIX, el borne se convirtió en una pieza habitual de las casas y palacios de las familias burguesas de este periodo. Situado en el centro de las estancias, podrá aparecer en diferentes variantes, mostrando asientos individuales marcados por la presencia de brazos o, como en este caso, un único asiento corrido. Con el paso del tiempo, este mueble irá variando su estructura, haciéndose cada vez más compleja, siendo muy común la adición de espacios destinados a jardineras en la parte central; lo que es menos habitual, sin embargo, es la triple combinación de asiento, jardinera y luminaria, lo que hace de este borne una pieza excepcional, no sólo por su riqueza decorativa, sino también por su concepción formal.
Ejecutado en el segundo tercio del siglo XIX, este mueble fue diseñado por Pierre-François Ladvocat (1791-1854), conocido también como Camille Ladvocat. Pertenece, estilísticamente hablando, al Segundo Imperio Francés, también llamado estilo Napoleón III y caracterizado por el eclecticismo decorativo derivado de la conjunción del auge de la burguesía, el desarrollo de la industria, el gusto por la suntuosidad y la mirada a los estilos del pasado, fundamentalmente el Luis XV, teniendo este periodo su reflejo en España en el denominado estilo Isabelino.
La ejecución de esta pieza corrió a cargo de la fábrica de bronces Thomire et Cie, fundada en la segunda mitad del siglo XVIII por Pierre-Philippe Thomire, quien llegó a ser nombrado por Napoleón «cincelador del Emperador». La parte textil se debe a la manufactura de tapices de Aubusson de Charles-Jean Sallandrouze (1808-1867). El mueble, decorado con las armas y las cifras de Isabel II, causó tal impacto en la Francia de la época que el príncipe-presidente Luis Napoleón Bonaparte, futuro Napoleón III, encargó un ejemplar similar, que decoró el Salón de Marte del Palacio de Saint-Cloud hasta su destrucción en el incendio de 1870.
Texto: Mario Mateos Martín