En 1571 tuvo lugar la famosa batalla de Lepanto, destinada a frenar el avance turco en el Mediterráneo. Don Juan de Austria (1545-1578), hijo natural de Carlos V y comandante en jefe de la flota cristiana, se reservó como trofeo una serie de armas y banderas entre las que destacaban la celada y la manopla de Alí Bajá, almirante al mando de la flota turca. A la muerte de don Juan los trofeos de la batalla fueron adquiridos por Felipe II en la almoneda de sus bienes, ordenando su ingreso en la Real Armería en 1582 como recuerdo de aquella jornada y por el prestigio que el trofeo aportaba a la colección real.
Esta celada se caracteriza por una calva cónica guarnecida con una visera y un nasal móvil para la protección de la nariz, según los diseños tradicionales en el Islam en los que las formas abiertas predominaban sobre las cerradas. En la actualidad ha perdido parte de su antiguo esplendor, sobre todo por la ausencia de las orejeras, decoradas con rubíes, turquesas y diamantes que ya faltaban a finales del siglo XVIII. Tampoco se documentan desde entonces los treinta rubíes tallados que dibujaban flores de cinco y seis pétalos en el remate superior, según se aprecia actualmente por los espacios donde se alojaban. Con todo, su riqueza y calidad es todavía manifiesta en la ejecución de las inscripciones caladas del extremo del nasal, así como en la cartelas rectangulares de extremos lobulados con decoración epigráfica damasquinada que decoran su ruedo. El nasal alberga la profesión de Fe y en las cartelas fragmentos coránicos de carácter profiláctico y victorioso.
Su aspecto original fue claramente documentado en el inventario de la Real Armería de 1594-1603 (fol. 60º): "Una Zelada y braçalete de Hierro damasquino q se gano en la dha vatalla naual que hera del general de la Mar tiene la zelada treynta y seys rrubies los treynta peqeños en el cauo alto y los seys en las orejeras y quatro turquesas y dos diamantes falsos y toda ella listada de alto abajo".