Comedor de gala
El rey Alfonso XII, en su búsqueda de modernizar el Palacio Real, encargó al arquitecto José Segundo de Lema la creación de un Comedor de Gala que respondiese a las necesidades propias del protocolo de la época. Para poder llevar a cabo esta obra, Segundo de Lema unió las tres estancias centrales del ala occidental de palacio, unificando el espacio a través de la decoración, articulada en arcos sobre columnas, relieves de carácter neobarroco y tapices de la colección real. Estos últimos pertenecen a una de las serie de Vertumno y Pomona, tejidos en el siglo XVI por Guillermo de Pannemaker según diseño de Jan Cornelisz Vermeyen.
La decoración de las bóvedas corresponde al siglo XVIII, momento en que fueron afrescadas por distintos artistas: la ubicada en la parte sur, dedicada a “La Aurora”, fue pintada por Anton Raphael Mengs entre 1762 y 1764; en la bóveda central Antonio González Velázquez representó, entre 1763 y 1765, “Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos”; finalmente, en el espacio norte se muestra “La rendición de Granada”, obra de Francisco Bayeu en el año 1763.
Aunque sin concluir, el Comedor de Gala se inauguró para el enlace del rey Alfonso XII y la reina María Cristina de Austria, instalándose posteriormente los elementos textiles, como las cortinas. La mesa, compuesta por tablones que permiten aumentar o disminuir su tamaño, muestra una presidencia a la francesa, sentándose los reyes en el centro en lugar de en las cabeceras. Sus asientos, aunque similares a los del resto de comensales, presentan un respaldo ligeramente más alto. Un conjunto de arañas y jarrones de origen galo, realizados en bronce dorado en el siglo XIX, y una serie de tibores de porcelana orientales de la colección de Isabel Farnesio completan la decoración de la sala.