Vestida con túnica blanca y manto azul, y tocada con velo de gasa blanca, la Virgen María está representada de busto sobre fondo dorado de Gloria y coronada de estrellas, según la visión de san Juan en el Apocalipsis. Las manos cruzadas al pecho y la mirada hacia lo alto derivam de los modelos femeninos de Guido Reni.
Esta tabla ovalada, junto al lienzo de San Antonio de Padua, también por Mengs (en la actualidad en Apsley House, Londres), ocuparon un lugar preferente en la religiosidad de Carlos III. Estas dos pinturas acompañaron al monarca en la última década de su vida de palacio en palacio, siguiendo el itinerario de las "jornadas reales". A su muerte, el domingo 14 de diciembre de 1788, las tuvo junto al cabecero de la cama en su dormitorio en el Palacio Real de Madrid.
En el Museé du Louvre se conserva otra versión del mismo cuadro, por Mengs, procedente de la colección de José Nicolás de Azara, con María vestida toda de blanco y representada de medio cuerpo en un lienzo de formato rectangular.
La tabla de Carlos III fue dibujada y grabada por Roberto Francisco Pradez y Esteban Boix, en 1799, y se conocen dos copias al óleo, una sobre lienzo circular del taller de Mengs, y la otra sobre tabla ovalada, e inferior calidad, que pasó por el mercado del arte madrileño en 2010.
El original de Mengs fue sustraído durante la ocupación francesa. Tras su paso por Gran Bretaña sería adquirido por Patrimonio Nacional en 2007.