San Francisco de Asís en la zarza
José de Ribera
Descripción
El asunto representa el episodio milagroso que es causa de la institución de la indulgencia plenaria conocida como “Perdón de Asís”: para huir de las tentaciones del demonio, san Francisco se lanza, despojándose de la túnica, a una zarza de espinas que de improviso se transforman en rosas.
El tema reaparece varias veces en el catálogo de Ribera: por ejemplo, en un lienzo antes en la Colección De Biase de Nápoles y reaparecido en el mercado anticuario a mediados de los años ochenta; y también en la versión firmada de la Gemälde galerie Alte Meister de Dresde, emparejado precisamente con un San Pedro liberado de la cárcel datado en 1642. Injustamente rebajados a obras de taller o del círculo de Ribera, estos dos óleos han sido relacionados con el pendant de la colección de Manuel de Zúñiga y Fonseca, conde de Monterrey y antiguo virrey de Nápoles, documentado en 1653a la muerte del noble.
En cuanto al ejemplar de El Pardo, señalado ya en 1976 con una referencia correcta a Ribera, este fue estudiado solo en 1984 por Nicola Spinosa. Según lo referido sucesivamente por el propio estudioso, el lienzo entró a formar parte de las Colecciones Reales en 1848 procedente de la célebre colección del marqués de Salamanca, que a su vez se lo había comprado a la duquesa de San Fernando de Quiroga, heredera del infante don Luis de Borbón.
El aspecto más discutido hasta ahora en el estudio de la pintura ha sido el cronológico, pues se observan en el San Francisco vínculos con otros cuadros que abarcan un período de tiempo bastante largo. Puede compararse con la Virgen con el Niño y san Bruno, ahora en la Gemäldegalerie de Berlín; o bien con el cuerpo lívido de Cristo muerto y las cabezas de los querubines de La Trinidad del Prado; o también en el Apolo y Marsias en la versión de los Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique, de 1637, donde puede verse la misma invención del ángel que se aparece al santo de Asís en la figura del dios griego que desuella al sátiro.
En este entramado de remisiones, parece que tienen mayor peso los puntos de contacto, por concepción y compacidad naturalista, con una obra como La Trinidad, por lo que una datación a comienzos de la tercera década del siglo XVII parece por el momento la hipótesis más plausible.
En la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid se conserva, en depósito del Museo del Prado desde 1883, una modesta copia de la composición.
Fuente: Erich Schleier, en De Caravaggio a Bernini. Obras Maestras del Seicento Italiano en las Colecciones Reales (Catálogo de la exposición)