La familia de Juan Carlos I
Antonio López
Descripción
Pocas veces en nuestra historia reciente la creación de una obra de arte ha despertado un interés tan general en toda la sociedad española, suscitando una expectación inusitada tanto en los círculos especializados de críticos e historiadores como, sobre todo, en los medios de comunicación; expectativas explicables en buena medida por la propia naturaleza de la obra, las circunstancias de su proceso creativo y, desde luego, por la especialísima identidad de sus protagonistas.
En efecto, el encargo realizado a finales de 1993 por Patrimonio Nacional al maestro manchego Antonio López de inmortalizar en un gran lienzo a S. M. el rey don Juan Carlos con su familia venía a suponer, en los albores del siglo XXI, un arriesgadísimo desafío artístico e histórico en los pinceles de uno de nuestros más grandes artistas contemporáneos.
Transcurridos veinte años desde su inicio, la enorme responsabilidad de colmar tan abrumadoras expectativas ha quedado sobradamente satisfecha en los espléndidos resultados pictóricos de este impresionante retrato, ambientado en el interior de una luminosa estancia de perfiles arquitectónicos indefinidos, en la que S. M. el rey don Juan Carlos I posa con traje azul oscuro, mirando al frente con gesto serio y sereno. Su cabeza, despejada y enérgica, de enorme intensidad en la mirada, marca el vértice de toda la composición y el eje principal de atención del cuadro, disponiéndose ordenadamente a ambos lados de su figura el resto de los miembros de su familia, a modo de un monumental friso clásico. Tiene la mano izquierda en la espalda de S. M. la reina doña Sofía, que viste un traje de chaqueta crudo con rameados negros y sostiene en las manos un abanico mientras dirige su mirada al espectador con el rostro risueño, tan característico de su gestualidad, estableciéndose así a través de ella la conexión expresiva más cálida entre los protagonistas del retrato y quien los contempla. A la vez, don Juan Carlos posa su mano derecha en el hombro de S. A. R. la infanta doña Elena, en un gesto de cercanía afectiva con el que parece señalar a la primogénita de sus hijos, que luce un traje blanco ligeramente moteado. Junto a ella, S. A. R. la infanta doña Cristina gira levemente su rostro para dirigir también la mirada al frente. Vestida con traje tostado, sostiene en la mano un ramo de flores frescas. En el extremo contrario cierra el grupo familiar la esbelta figura juvenil del entonces Príncipe de Asturias y actual rey de España, S. M. don Felipe VI, vestido con traje gris. Está situado junto a su madre y ligeramente adelantado en un plano más próximo, destacándose así como el heredero destinado a asumir la Corona. Todos ellos posan con un aplomo digno y tranquilo, conectando con el espectador a través de la intensidad de sus miradas y la naturalidad de sus gestos, en los que se reconocen los rasgos más identitarios de su carácter.