Esta cristalería se data tradicionalmente en el reinado de Fernando VII, porque tanto las tipologías de las piezas como su decoración son características de este periodo. Aunque no conocemos los datos precisos del encargo, probablemente, por sus características, se realizara en alguna manufactura francesa, ya que éstas eran los centros de producción de mayor prestigio del momento, y surtían de todo tipo de objetos suntuarios a los Palacios y residencias regias.
Las piezas de este conjunto son de cristal con parte de su decoración doblada en color topacio. La decoración tallada forma una red de motivos geométricos en cuyo interior hay puntas de diamante y octógonos doblados en color topacio, con talla radial en su parte central. Esta decoración surge en las manufacturas inglesas e irlandesas a principios del XIX, cuando se incorporan a las piezas diferentes tipos de tallas decorativas, principalmente la punta de diamante y los prismas horizontales, siendo retomada por las fábricas francesas, difundiéndola con éxito en otros países europeos, entre ellos España.
Este conjunto es el que presenta una mayor variedad de piezas de los conservados en el Palacio Real, hasta veinte tipos diferentes, algunos de ellos con objetos de distinto tamaño, como el caso de las copas o las botellas.
Esta riqueza tipológica se justifica por los cambios en la etiqueta, que modifica los usos y costumbres del arte de la mesa. El complejo y sofisticado servicio a la francesa, comienza a caer en desuso, imponiéndose progresivamente el servicio a la rusa, también denominado servicio a la inglesa, más práctico y sencillo, que se generaliza en la Europa de principios del siglo XIX. Las viandas se van sirviendo por un orden preestablecido y reflejado en el menú, que indica, no sólo el orden de consumo de los distintos platos, sino también los tipos de vino para cada uno de ellos, necesitándose copas distintas, diferenciándose en el tamaño y, a veces, en el color del cristal.
La diversidad de piezas de esta cristalería nos permite apreciar objetos tan utilitarios como decorativos: bandejas circulares de gran tamaño, poncheras, fruteros de varios modelos (en forma de copa, con dos y tres pisos para disponer los dulces y las frutas), compoteras, cuencos, enfriaderas, botellas (de tres tamaños, para agua, vino y licor), vinagreras, saleros y mostaceros (para las distintas especias y condimentos), picaflores, platillos para despabiladeras, y candeleros para iluminar la mesa.