Busto largo de tipo oficial del monarca, con peluca corta y trenza sobre la nuca, anudada por gracioso lazo. Viste traje de gala con profusión de bordados y casaca cruzada por la banda de la orden de Carlos III con la Cruz de la misma orden y las insignias del Toisón de Oro y San Genaro. Una gran capa de armiño envuelve toda la figura con abultados pliegues. La peana tiene forma de castillo fortificado con troneras y cañones y un león asomado a la puerta, que sujeta entre sus patas el globo terráqueo, en clara alusión a las armas de la casa real española.
El busto está realizado con una gran maestría técnica, en el más estricto gusto neoclásico, de fidelidad a los rasgos físicos del monarca, con un porte sereno y estático. El tratamiento de los detalles es equilibrado y minucioso, con un perfecto acabado y pulido en las diferentes superficies.
Juan Adán se formó en Zaragoza en el taller del pintor Ramírez y en 1765 marchó a Italia, sin pensión alguna, a sus expensas. Tres años más tarde recibió una ayuda de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y en 1774 obtuvo el título de académico. En 1775, la Academia de San Lucas de Roma también reconoció sus méritos. Regresó a España en 1776 y trabajó en diversas ciudades, realizando esculturas religiosas. En 1786, se estableció en Madrid y en 1783 obtuvo el cargo honorífico de escultor de cámara.
Este busto de Carlos IV (firmado y fechado en la parte posterior, en la zona superior del manto: Adan f. en M.1797) hace pareja con otro de la reina María Luisa (N.º Inv. 10002968) , esculpido también por Adán, aunque carece de firma y fecha. Ambos decoran uno de los salones más espectaculares del Palacio Real de Madrid, con dos parejas de retratos de Goya, la Antecámara de Carlos III o pieza de la Conversación, donde cenaba el rey.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid posee una réplica casi exacta del busto del monarca, firmado pero no fechado, aunque por la documentación sabemos que fue un encargo oficial de la Academia en 1794 y el escultor lo entregó en 1797.
El busto de la reina María Luisa y el de su esposo son descritos en el palacio de Manuel Godoy en 1800. Estaban colocados junto al busto en mármol del propio Godoy, ejecutado por Adán en 1794 y conservado actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, representado al estilo clásico de busto de medio cuerpo. De este modo el primer ministro hacía gala en su residencia de estar a la misma altura de los reyes que tanto le favorecieron. Tras la caída de Godoy sus bienes y obras de arte pasaron a formar parte de diferentes instituciones y los bustos reales pasaron a la Corona.