En el Quattrocento italiano las mujeres empiezan a tomar parte activa en el movimiento humanístico. Estaban en lugar preeminente y por su agudeza merecían ser causa de preocupación, llegando a debates como los de si la mujer era mayor causa de daño que de defecto. En pintura, Botticelli y Ghirlandaio fueron los responsables de la ascensión apoteósica de las mujeres florentinas con sus retratos de estilizados perfiles.
Este relieve en mármol de excelente calidad aparece reseñado en todos los inventarios del Palacio de San Ildefonso, a partir de 1746, dentro de los bienes pertenecientes a Isabel de Farnesio y por ello tiene su marca, la flor de lis. En el folio 281 se menciona: “Otra Medalla tambien de Marmol blanco, que representa un Retrato de Olimpia, tiene dos pies de alto, uno y quatro dedos de ancho: Marco como el antecedente”. En 1773, el viajero inglés Richard Twis, al describir el palacio de San Ildefonso, se fijó especialmente en este relieve y lo describió como ”A very fine and large basso relievo of Olimpia”. Un poco más tarde, Ponz en 1787, vuelve a incidir en la calidad de la obra: “El baxo relieve de la cabeza de Olimpia, madre de Alejandro es de lo mas excelente que aquí se guarda”, situado en un trascuarto que llaman Callejón de Ídolos, el mismo lugar donde aparece a partir de 1774, aunque en época de Carlos III se colocó en la pieza número 7 de la planta baja, en la misma sala donde estaba el busto de Cristina de Suecia.
No deja de ser curioso el hecho de que la ilustración de este relieve sea el primer dibujo que encabeza el llamado “Cuaderno de Ajello” del Museo del Prado. Se denomina de este modo un conjunto de cincuenta y nueve hojas sueltas, con dibujos a lápiz, destinados a servir de modelo para la realización de una serie de grabados. Estos grabados debían ilustrar un catálogo descriptivo de las esculturas reunidas por Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio en el Palacio de San Ildefonso y se iniciaría en 1746, tras la muerte de Felipe V. Las últimas investigaciones nos han revelado que este relieve fue un regalo del cardenal Belluga a la reina en 1738.
Relieves similares a éste se conservan en museos de Baltimore, Filadelfia, Berlín o Rusia, pero son copias del siglo XVIII realizados sobre los modelos de Filippo Collino (1737-1800) en el Palacio Real de Turín.