Este es el único manuscrito de la Estoria de España que se puede adscribir con seguridad al escritorio regio. Contiene la llamada ‘versión primitiva’, redactada entre 1270-1274, y corresponde al primer proyecto impulsado por Alfonso X con el objetivo de narrar la historia peninsular desde sus orígenes hasta su propio reinado.
Para la elaboración del texto se utilizaron diversas fuentes, árabes y latinas, entre las que destaca la obra De rebus Hispaniae de Rodrigo Jiménez de Rada. El manuscrito en sí se realizó de manera coetánea a la redacción del texto, pero lamentablemente quedó inacabado, pues solo se completó la iluminación del primer cuaderno, en el que se encuentran imágenes del Arca de Noé, de Hércules luchando con dos leones, del faro de Hércules, de la fundación de Sevilla y del llamado rey Rocas. Quedaron, sin embargo, cien huecos en blanco destinados a otras tantas ilustraciones que no se llegaron a ejecutar.
Unos años después, hacia 1278, se incorporó el primer folio en el que se representa una compleja escena de la corte castellana en la que el rey entrega un libro (símbolo del poder regio) a su heredero. Los dos últimos cuadernos del manuscrito fueron retirados y se utilizaron para crear otro códice (Ms. X-I-4) que continúa el proyecto alfonsí a partir de materiales realizados en tiempos de Sancho IV y Alfonso XI.
Este manuscrito, junto con el volumen de la Estoria de España que lo continúa (Ms. X-I-4) fue utilizado por Ramón Menéndez Pidal para su edición de la Primera crónica general de España.
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