El sencillo aro decorado con ramos encadenados soporta el cestillo formado por ocho espejos con emblemas heráldicos coronados por ramas de laurel. De ellos parten ocho imperiales con diseño de ramas entrelazadas. Sobre ellos se alza la bola y cruz de brazos iguales. Está marcado con el escudo coronado con osa y madroño/ 75; castillo 75; VE/LAS/CO (en uno de los espejos); escudo coronado con osa y madroño/ 88; castillo 88 (en uno de los imperiales).
Fernando Velasco fue nombrado el 19 de abril de 1748 platero de cámara de la Real Casa, jurando el cargo el 5 de mayo. Casó en primeras nupcias con Antonia Medrano. Sucedió a su suegro el también platero real Manuel Medrano, al quedar éste ciego por acudir a salvar las alhajas durante el incendio del Real Alcázar. Velasco alcanzó el uniforme de “mozo de oficio de los de boca” por la circunstancia de atender el cuidado de la plata durante un hospedaje real, lo cual fue para él un motivo de honor. Se casó en segundas nupcias con Isabel Escudero, quien le sucedió al frente del obrador.
La marca personal de este platero aparece junto a las de los contrastes de Villa y Corte de Madrid. En uno de los espejos cuenta además con la marca cronológica de 1775. Y en uno de los imperiales se colocaron las mismas pero sustituyendo la cronológica por 88. Es posible que la corona sufriera algún deterioro y fuera intervenida en el año 1788, añadiendo nueva plata que debió ser contrastada colocando nuevas marcas.
Se desconoce el motivo de este encargo, pero debido a sus proporciones y a su sobriedad pudo realizarse para su uso en ceremonias fúnebres. Los emblemas heráldicos aluden a los distintos reinos: Castilla, León, Granada, Parma, Tirol, etc.
La corona responde a un estilo puramente neoclásico. El programa iconográfico que presenta se relaciona abiertamente con la exaltación de la monarquía. Las coronas de laurel aluden a la abundancia, y la bola y la cruz remiten a la divinidad. Utilizada como símbolo de la monarquía española, acompaña al cetro fabricado en el siglo XVII en las ceremonias fúnebres y en la proclamación y jura del nuevo monarca.