El Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas de Burgos, fundado en 1187 por Alfonso VIII y Leonor Plantagenet, tuvo una especial relación con la Corona, y sirvió durante los siglos XIII y XIV como panteón de una parte de la familia real castellana.
En sus tumbas es frecuente encontrar varios almohadones como parte del ajuar funerario. La sepultura de la reina Berenguela (+1246), hija de los reyes fundadores, contenía tres ejemplares, detalle que muestra la categoría social y de la dignidad de la difunta.
Una de ellas es esta almohada roja de forma rectangular con seis borlas, una en cada extremo y otra en el medio de los lados menores. Mientras el reverso es liso el fondo rojo del anverso muestra un medallón central flanqueado por cuatro estrellas entrelazadas de ocho puntas, enmarcado todo ello por dos bandas paralelas que recorren la almohada por sus lados cortos. El círculo central dorado mide 20 cm de diámetro, y en él se representan dos señoras de pie afrontadas a un esquemático árbol central: ambas visten con trajes largos de mangas acampanadas y van descalzas; una lleva el pelo suelto, la otra recogido con una cinta, y parecen sostener lo que, según Manuel Gómez Moreno, sería algún tipo de instrumentos musicales. Rodeando a las figuras, el medallón se cierra con una banda azul de escritura donde, según dicho autor, se leería, “No hay más divinidad que Dios”.
Las dos bandas tienen los mismos adornos: una fila de círculos y otra de trenzas en cada lado, y en medio una inscripción, tanto al derecho como al revés, que el mismo autor traduce como “La bendición perfecta”.
El motivo representado, que también aparece en los marfiles de la época, es heredero de la tradición persa. En los textiles se encuentra en medallones hechos en tapiz, como este caso, o en tejidos imitando esa decoración. Alude a escenas cortesanas, donde el componente simbólico juega un papel fundamental, al presentar la música y la bebida relacionadas con el banquete celestial del paraíso islámico. Este tema, sea en textiles como en este caso, o en piezas de marfil, supone una de las excepciones donde aparece la figura humana en los siglos XIII-XIV, pudiendo encontrarla sentada, bebiendo, de copas y de pie con instrumentos musicales. Carmen Bernis y Florence Lewis May recogieron varios ejemplos conservados en el Museo del Louvre y en el Victoria & Albert Museum. Para Sophie Desrosiers, este ejemplar, junto con el hallado en el sepulcro del obispo Gurb en la catedral de Barcelona, serían los dos casos en los que este tema iconográfico se representa más libremente, no existiendo ninguna duda de que todos ellos fueron tejidos en el siglo XIII en el reino nazaríita de Granada.
En cuanto a la técnica, Gómez Moreno y Bernis ya remarcaron que el textil para confeccionar esta almohada se tejió de una sola vez, usando las mismas urdimbres del telar para confeccionar la decoración de tapiz trabajada a mano mediante espolines, lo que supone una técnica particular de la tapicería andalusí, cuya atribución técnica se mantiene desde entonces. En esta misma línea, Silvia Saladrigas definió un grupo textil de similares características técnicas que se concretan en la combinación de tafetán y tapicería en la misma pieza, formadas por una misma urdimbre de seda, cuyos hilos se toman de 2 en 2 en la zona de tapicería, y por las tramas de seda con muy poca torsión y múltiples colores y de oropel u oro de Chipre.
Tejidos similares a esta pieza son, el llamado Tejido de las música del siglo XIII del Instituto Valencia de don Juan, (I. 2097/F); una pieza del Museo Episcopal de Vic (inv. 8536); cuatro fragmentos del Musée National du Môyen Age – Thermes de Cluny (inv.21962 a, b, c y ); varios fragmentos procedentes del sepulcro del obispo Gurb, procedentes de la catedral de Barcelona y dispersos hoy en varias colecciones, como el del Museo de la Alhambra (inv. 6443), en el que las mujeres apoyan sus manos en el tronco del árbol; o el del Cooper Hewitt Museum de Nueva York, de la colección Miquel y Badía. Este tipo de diseño se realizó también en los talleres granadinos un siglo más tarde.